Una bomba entre las manos


Actualización: Por desgracia la niña ha fallecido esta madrugada. Descanse en paz.

Ayer por la tarde varios amigos y yo nos quedábamos impactados por el brutal accidente con un coche que hizo que ahora mismo una niña se debata entre la vida y la muerte en un hospital. A quien desde aquí, por supuesto, le deseamos una pronta recuperación y muchos ánimos para sus padres porque no quiero ni pensar en lo que estarán pasando. Cuando escucho o veo acerca de ese tipo de accidentes me pregunto por qué mucha gente continúa conduciendo. Cierto que la mayoría lo hacen por necesidad, porque en la sociedad actual casi "te obligan" a comprarte un coche, pero luego esa decisión acaba marcando sus vidas (y la de otras personas) irremediablemente.

Hace ya bastantes años tuve un gran accidente de coche, el más grave que he tenido en mi vida. Por fortuna no hubo daños personales, aunque sí bastantes materiales (sobre todo en el coche de la otra persona). Un amigo intentó convencerme de que reparase mi automóvil, pero yo ya había tomado una decisión: lo llevé al desguace.




A partir de ese momento sólo conduje motos o bicicletas. Y para quitarme el mono de coche y no caer en la tentación de comprarme otro, cogí todo el dinero que tenía en el banco y me lo gasté en smartphones y relojes G-Shock. Luego esos G-Shock me vería obligado a venderlos, pero esa ya esotra historia.

Cuando la gente me pregunta por qué prefiero las motos a un coche, si en un scooter no puedes llevar pasajeros y es mucho más frágil entre el tráfico, les respondo que una de las razones es porque no quiero ser responsable de la muerte de nadie. Me resultaría muy duro llevar sobre mi conciencia la muerte de algún pasajero que vaya conmigo, o de algún viandante. Cierto que accidentes también puedes tener en moto, pero si en una moto me daño, me hago daño a mí, no a nadie. Y es cierto también que con una moto puedes atropellar a alguien y matarlo (aunque las probabilidades de acabar con la vida de alguien yendo en moto, comparándolas con un coche, son infinitamente menores) pero en una moto me siento mucho más seguro, tienes una visión y una libertad de lo que ocurre a tu alrededor que en un coche, encerrado en el habitáculo, no tienes.


Pero, lógicamente, todo esto no es extrapolable a otras personas, cada uno es un mundo y tenemos una forma de conducir totalmente diferente. Para llevar una moto, sinceramente y hablando en plata, con el tráfico de hoy en día, hay que tenerlos "bien puestos". El concepto de cómo conducir un coche a cómo conducir una moto cambia totalmente, y si conduces una motocicleta como conduces un coche vale más que nunca salgas en scooter, porque probablemente acabes muy mal parado. Con una moto tienes que estar al cien por cien en la carretera, en una actitud que los expertos llaman "conducción defensiva", anticipándote a las situaciones y preveyendo los momentos de peligro. Por eso a las mujeres -y no es por ser sexista, es que es así, las estadísticas no mienten- les cuesta tanto llevar motos. Porque no están acostumbradas a esta manera de conducir con iniciativa. Y por eso son tan buenas conductoras de coches (una inmensa mayoría de los accidentes de coche los producen varones).

Pero repito que cada persona es un mundo, y obligar a alguien a llevar una moto por el simple echo de llevarla es tan contraproducente como obligar a alguien a conducir un coche sin saber lo que hace o de forma rutinaria o monótona. Porque conviene no olvidar que mucha gente que conduce hoy en día no debería estar a los mandos de ningún vehículo. Hay personas que simplemente no deberían conducir, y deberían desplazarse en transporte público, y esto es así y hay que decirlo claramente. De la misma forma que no todos podemos pintar bien o escribir buena poesía, hay gente que no debería ponerse detrás de un volante o de un manillar.


Tengo una amiga que se sacó el carné de conducir después de intentarlo durante años. Nada más obtenerlo su padre le regaló un coche, que a la semana siguiente destrozó contra un camión. Su progenitor, empeñado en que la chica debía conducir costase lo que costara, le prestó la furgoneta de la empresa, la cual acabó destrozando también porque en las calles estrechas iba golpeando con los laterales por los edificios y señales. La última vez que la ví con otro nuevo coche varias personas le estaban echando el alto: ¡se había metido por una calle de dirección prohibida! ¿Qué tiene que pasar para que esta gente se dé cuenta de que no tiene que conducir? ¿Es que tiene que morir alguien para que se le retiren el carné? ¿Por qué hay padres tan obstusos que no comprenden el peligro que representa algo así?

Quien lleva un coche debe ser consciente de que lleva una bomba entre las manos, un arma de una (o varias) toneladas con las que nos lanzamos a cientos de kilómetros y que muchas veces no podemos controlar. Yo prefiero una moto porque entre otras muchísimas razones sé que si cometo una estupidez con ella el primer mal parado seré yo. Lamentablemente este pensamiento en muchos de los conductores y conductoras de coches no existe, y manejan sus autos como si fueran inmunes a la muerte. Por desgracia, su insensatez la acabarán pagando también inocentes. Esas personas deberían recapacitar, y si el dinero que tienen ahorrado en su banco para un coche les resulta una tentación demasiado peligrosa, que lo cojan y se lo gasten en smartphones o relojes. No podrán desplazarse en su propio coche, pero dormirán muchísimo mejor.


| Redacción: Revista Scooter

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